WeFood, alimentación 'low cost'
WeFood, alimentación 'low cost'
Un supermercado de Dinamarca vende productos que otros desechan de un 30 a un 70% más barato
El pasado 22 de febrero, la cadena de supermercados danesa Wefood, que solo vende productos caducados y con taras, celebraba, además de su primer aniversario, el éxito cosechado durante estos últimos 12 meses. Su idea ha dado la vuelta al mundo y multitud de empresas, tanto danesas como de otros países, han querido seguir esta idea de negocio solidario.
Los impulsores de este proyecto son la ONG danesa DanChurchAid y el Banco de Alimentos danés y su principal objetivo es concienciar sobre el desperdicio de alimentos. Pan, fruta, verduras, productos lácteos y hasta periódicos que no se han vendido a lo largo de la mañana son algunos de los productos que se pueden encontrar en sus estanterías.
La iniciativa, que ha sido apoyada por las instituciones gubernamentales del país, no solo está dirigida a personas con bajos ingresos, sino a todas aquellas familias que se preocupan por el desperdicio de alimentos. Según publican en su página web, más de un tercio de los alimentos producidos en el mundo se tiran a la basura, un dato que contrasta con los casi 800 millones de personas que todavía se encuentran en una situación de pobreza extrema.
Wefood tiene, de momento, dos establecimientos y el último de ellos abrió sus puertas en el mes de noviembre, sin haberse cumplido un año de la puesta en marcha de la iniciativa. En los dos primeros meses, atendieron a más de 10.000 clientes y los beneficios obtenidos contribuyen a financiar proyectos de la asociación.
Donaciones y voluntarios, los pilares de Wefood
Wefood ofrece productos que otros supermercados y pequeñas tiendas no pueden vender por proximidad o vencimiento de la fecha de caducidad, etiquetas erróneas o embalajes defectuosos. Productos que, según la legislación danesa, son adecuados para el consumo y que se venden con descuentos de entre un 30% y un 50%.
Los productos a la venta no son siempre los mismos, ya que dependen de las donaciones del día. Además, a diferencia de otros supermercados de excedentes, está permitida la entrada a todo el mundo. Todas las personas que trabajan en los supermercados son voluntarios y el único que recibe un salario es el Project manager, según una entrevista realizada a Sofie Amalie Damkjær Østensgård, de Wefood, por Markonomia.
No obstante, Dinamarca es uno de los países con mayor número de iniciativas de este tipo y, durante los últimos cinco años, los daneses han conseguido reducir el desperdicio de alimentos en un 25%. Francia es otro de los países que promueve este tipo de políticas y, hace un año, se convirtió en el primer país que prohibía a los supermercados con más de 400 metros cuadrados de superficie tirar los alimentos no vendidos.
REFLEXIÓN PERSONAL: Este supermercado fue fundado por una beneficencia para disminuir el despilfarro de alimentos que hay en Dinamarca y en casi todos los países desarrollados. Actualmente luchar contra el malgasto de alimentos es tendencia en Europa y otros países como Francia y Gran Bretaña tiene políticas parecidas en ciertos supermercados. Según la FAO se pierden unos 1.300 millones de toneladas al año, mientras la mitad del planeta se muere por malnutrición. Así que, desde mi punto de vista, las políticas contra el despilfarro de alimentos deberían ser obligatorias en todos los países. Otra de las ventajas que tiene esta, ahora, cadena de supermercados es la creación de puestos de voluntariado. pienso que con esto se demuestra que no todas las empresas buscan el máximo beneficio sino que algunas buscan en bien de la sociedad sin ánimo de lucro como las ONGs. Además personas de todas las clases sociales pueden ir a comprar allí y el beneficio de la compra es destinado a la beneficencia o asociaciones, consiguiendo la máxima rentabilidad de esta empresa. El único inconveniente que yo veo es que este tipo de supermercados solo tiene los productos a punto de caducar, caducados o con desperfectos y eso depende de la oferta y la demanda de los otros supermercados por lo que la variedad de alimentos es casi imposible de predecir.
Julia Van Bockstaele
Con cosas como estas podemos ver como el capitalismo nos ha consumido a todos si contrastamos la cantidad de comida que tiramos con la cantidad de gente que se muere de hambre, y eso teniendo comida suficiente para alimentar dos veces a la población humana y aún así nos sobraría comida.
ResponEliminaGracias a iniciativas como la de Wefood podemos reducir sustancialmente esta diferencia, poniendo en primer lugar la salud humana y no el beneficio económico pues el alimento es una necesidad básica.
Espero que en un futuro aparezcan más iniciativas como esta y podamos llegar (aunque suene utópico) a un mundo en el que la preocupación principal de ninguna persona sea la de conseguir comida.
Me parece un artículo muy interesante ya que habla sobre un tema que nos afecta a todos. Cada vez que vamos a los supermercados vemos que hay grandes cantidades de alimento han sido expuestos a la venta hace poco o están a punto de llegar a su fecha de caducidad. Estos últimos van siendo rebajados para que la gente los compre y no tengan que tirarlos. Pero seguro que todos nos hemos preguntados alguna vez , ¿que pasa con estos alimentos una vez caducan?Pues la respuesta es, como dice en este articulo es que van directos a la basura pero con este nuevo método tendría un fin caritativo ya que estos alimentos no se desperdician y además son propuestos a gente que sufre problemas económicos y puede comprar comida a estos bajos precios.
ResponEliminaCreo que este artículo es una buena manera de dar a conocer a la gente las posibilidades que hay de reciclar toda la comida que durante mucho tiempo se ha estado tirando, y esto sirve para que mucha de las personas que no tenga recursos económicos pueda comer sin gastarse tanto dinero, incluso la gente que si que tiene esto ayuda a que hayan cada vez más personas que contribuyan en esta idea. Esto ayuda en un futuro a reducir el alto porcentaje de comida que cada día se tira porque esta defectuosa o caducada pero que aún se puede aprovechar
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